La calabaza se ha visto afectada de manera sorprendente ya
que las lluvias han traído consigo
una gran cantidad de brote de estos insectos que se devoran en un
dos por tres las plantas y sus frutos.
Labriegos aseguran
que difícilmente sembraron hectáreas
de calabaza y que ahora se les hace difícil
acabar con la plaga de gusanos ya
que sus insecticidas tienen precios elevados y
no todos obtienen beneficios de parte del gobierno municipal.
Los trabajadores del campo que tienen poca siembra se han preocupado de manera que no buscan
que hacer ni a dónde acudir ya que lo poco que se ha conseguido no abastece para sus campos
de cultivo
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